
Después de alguna reunión surgió una conversación sobre la manera de enfocar nuestra enseñanza de la religión y sobre la percepción que tenemos nosotros mismos y se tiene en la sociedad sobre esto.
Fundamentalmente quiero llamar la atención sobre la disyuntiva entre el enfoque "doctrinal" y el más "espiritual+racional" (esto es: decir lo que hay que creer para ser cristiano frente a proponer sentido, sentimiento y razón que nos hace felices ...). También sobre lo que supone que, a día de hoy, nuestros niños y niñas ya no saben absolutamente nada de esto que antes aprendíamos sociológicamente, y lo poco que saben está deformado por las noticias en prensa (que no son precisamente favorables a todo lo religioso) o las opiniones de la vecina en la calle (muy importantes desde que todas las vecinas opinan en los telediarios sobre lo que ocurre en el vecindario: "pues era un chico de lo más normal").
Además hoy cualquier niño pregunta de todo y cuestiona todo (no dan por supuesta la autoridad de casi nadie), luego no podemos dar cualquier respuesta que hay que creerse porque sí, sino dar razón (razonable) de nuestra fe como dotación de sentido para la vida. Incluso debemos atrevernos a dudar de todo con ellos para encontrar (juntos si es necesario) nuevas razones.
No podemos seguir transmitiendo que la situación de la Iglesia es desastrosa porque se queda sin gente, más bien es esperanzadora porque ya no tendrán que estar todos y todas los que han heredado su pertenencia a este rollo y no lo comparten de verdad, en la vida. Esto nos hará evitar con nuestros alumnos esa pesada insistencia en defender a la Iglesia (o, peor aún, a Dios) en que parte de la Iglesia está metida.
Para eso es fundamental estar bien formados e informados, y no sólo en lo religioso o teológico...
Así que nada, a ello.
Nane